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Lo primero es clasificar los alimentos. Los que no necesitan frío, refrigerados y congelados. Estos hay que guardarlos rápidamente en la nevera o el congelador para mantener la cadena de frío. Esto es muy importante para preservar su seguridad y también su calidad y propiedades. Una vez en el refrigerador y para evitar que unos alimentos contaminen a otros, es necesario colocar los alimentos cocinados en el estante superior, en el central los productos lácteos y embutidos, en el inferior los crudos y envasados correctamente y en la puerta las bebidas.

Los productos congelados es aconsejable envasarlos en porciones pequeñas y anotar la fecha de congelación. Y los productos que no necesitan frío en un lugar fresco, seco y ordenado.

Para evitar intoxicaciones y no desperdiciar alimentos, no olvides seguir la norma FIRT IN / FIRST OUT: Lo primero que llega es lo primero que sale. Así nos aseguramos de que los alimentos están en perfecto estado y evitaremos tener que desechar comida estropeada.

Hoy en día la producción de frío es esencial para la conservación de los alimentos inclusive para muchos procesos industriales. Las aplicaciones del frío en la fabricación de helados en envasados de carne y conservación del pescado.

La duración de los alimentos es limitada, sufre alteraciones que cambian sus propiedades organolépticas.

Su principal causa de deterioro es el ataque por diferentes tipos de microorganismos (bacterias, levaduras y moho).

Es un proceso de congelación rápida en donde los microcristales de hielo que se forman dentro de las células de los tejidos de los alimentos son de tamaño muy pequeño, de esta se evite que las paredes celulares que conforman los tejidos vegetales se rompan. Por lo tanto, al descongelar el producto, no hay derrame de fluidos celulares, lo cual garantiza una textura, valor nutritivo y sabor igual al de un producto fresco.

Para garantizar el descenso de la temperatura se hace uso de fluidos, tales como nitrógeno líquido y anhídrido carbónico los cuales dan lugar a los productos ultracongelados. El proceso de ultracongelación es uno de los más seguros. Cuando se manipulan alimentos y especialmente los dirigidos al consumo humano deben tratarse con sumo cuidado.